La huella hídrica y la huella de carbono son los indicadores considerados más representativos para evaluar la sostenibilidad ambiental de un proceso productivo. Por este motivo, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía está ejecutando un proyecto para el cálculo de estos dos indicadores en un total de 30 cooperativas andaluzas de distintos sectores.
Se trata de la iniciativa ‘Mejora de la sostenibilidad en las cooperativas agrarias mediante la acreditación del cálculo de la huella hídrica y huella de carbono en el sector agroalimentario’, que se enmarca en la Línea 4 para la Innovación y Competitividad Empresarial de la Economía Social, que financia la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.
La huella hídrica tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto de este recurso, y se define como el volumen total de agua dulce que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por las cooperativas. Respecto a la huella de carbono, se conoce como la totalidad de los gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto por las industrias cooperativas.
El sector cooperativo precisa equilibrar una mayor producción de alimentos, para dar respuesta a la demanda derivada del incremento de la población, con la sostenibilidad ambiental que rige la producción agraria europea y que, cada vez más, está exigiendo la sociedad para salvaguardar la integridad del Planeta.
En este sentido, es posible incrementar los rendimientos productivos entre un 45 y 70% mejorando las prácticas en los cultivos y procesos industriales, siendo ésta una de las claves para reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos de origen cooperativos.
Con esta premisa, este proyecto se centra en la evaluación de la huella hídrica en 10 cooperativas y en el cálculo de la huella de carbono en otras 20 cooperativas, siendo estos indicadores “una forma de mostrar el compromiso del modelo cooperativo con la sostenibilidad y el cuidado del entorno, mediante indicadores reconocidos que avalan la apuesta de nuestro sistema productivo por el hacer un uso eficiente de los recursos”, señala el director gerente de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi Álamo, ya que “una vez conocido el impacto de ambas huellas es posible implementar una estrategia con acciones de mejora, y de esta forma, se refuerza el área de responsabilidad ambiental en el que vienen trabajando las cooperativas”.
Para el cálculo de la huella hídrica se ha subcontratado una entidad que aplica una metodología basada en el estándar ‘Water FootPrint’ y que incluye información relativa al último año de cultivo.
Respecto al cálculo de las emisiones generadas por las cooperativas participantes se incluyen a las fincas propias o arrendadas y se consideran los gases del último año finalizado. Dentro de esta actividad se incluye la inscripción en el Ministerio para la Transición ecológica y Reto demográfico, que homologa dicho cálculo con la aportación de un sello.
Tras las respectivas evaluaciones, se incluyen medidas correctoras personalizadas para cada cooperativa y se facilita asesoramiento a técnicos para su progresiva implementación.
El proyecto se encuentra muy avanzado, y ya ha finalizado el cálculo de las huellas en la gran mayoría de las cooperativas participantes. Además, se ha iniciado el registro en el ministerio de muchas de ellas, que están a la espera de recibir el sello correspondiente.