Las cooperativas andaluzas continuarán siendo un pilar fundamental de la economía en la comunidad en un año que comienza marcado por las incertidumbres, con previsiones de reducción del crecimiento y muchas dudas sobre la inflación y precios de la energía e insumos básicos. Pese a los obstáculos, el cooperativismo andaluz mantiene su vocación de liderazgo, su carácter innovador y exportador y su importancia para evitar la despoblación en muchas comarcas. El sector cooperativo andaluz. que aporta un 10% del PIB a la comunidad, espera ahora que surtan efecto medidas del Plan de Acción de la Economía Social en Europa, los PERTE y también políticas prometidas por el Gobierno andaluz en el Plan de Impulso y Modernización de la Economía Social de Andalucía, PIMESA que relancen tanto la actividad como la transformación digital y verde de las cooperativas y el reconocimiento social al sector para seguir creciendo en su aportación a la economía andaluza y nacional.
Andalucía ya es líder en cooperativas. Es la primera comunidad de España por número de empresas cooperativas, por el empleo que generan y por volumen de facturación. La comunidad supera en estos tres parámetros el 20% del total nacional, según datos extraídos del portal estadístico de la Economía Social de CIRIEC. En Andalucía hay 4.931 empresas cooperativas, que generan 81.876 empleos y facturan 15.827.935.515 euros. En España hay 23.675 cooperativas con 378.849 empleados y un negocio superior a los 66.500 millones de euros, según los datos de CIRIEC. Las cifras del cooperativismo andaluz están incluso por encima del 19% del peso poblacional de la comunidad en el conjunto nacional. Si Andalucía es la tercera economía española, en cooperativismo es la primera.
Visibilidad y reconocimiento
Tanto el Plan de Acción de Economía Social de la Unión Europea como el Plan de Impulso y Modernización de la Economía Social en Andalucía, PIMESA, han detectado en sus diagnósticos la necesidad de trabajar en la mejora de la visibilidad y el reconocimiento de las empresas cooperativas.
En concreto, el PIMESA contemplaba nuevas ayudas que complementen a las actuales y que se centren en la vertebración del sector, respaldar el relevo generacional o para facilitar la incorporación de jóvenes y la transformación digital. También se pretenden diseñar medidas que mejoren la visibilización y el peso del sector en la sociedad, como medidas educativas o la creación de una Cátedra de Economía Social, así como nuevos instrumentos de cara a facilitar financiación como microcréditos, apoyo a la internacionalización, o incluso la creación de una “marca Andalucía” de Economía Social.